El aumento de las alergias y la intolerancia a determinados alimentos también está aumentando de forma considerable entre los perros. Las alergias alimentarias en perros son cada vez más frecuentes y es importante tratarlas de forma correcta, eligiendo un pienso para perros específico y vigilando de cerca la evolución de nuestra mascota.
Las causas del picor, la rojez y que nuestro perro no pare de rascarse puede deberse a muchos motivos: infecciones en la piel, pulgas, hongos, sarna o problemas psicológicos. El problema es que una de las causas que más están creciendo es la alergia a muchos alimentos o a determinados piensos para perros.
Si detectamos que nuestro perro se rasca demasiado y no tiene ningún problema en la piel, es el momento de controlar su alimentación y comprar pienso hipoalergénico para ver como reacciona este problema.
El pienso hipoalergénico está diseñado de forma específica con proteínas nóveles
Las proteínas nóveles son un tipo de proteínas que el animal no ha consumido previamente y así poder descartar que la alimentación es el origen del picor.
Si tras dos meses con el pienso hipoalergénico la piel ha mejorado y nuestro perro se rasca menos quiere decir que la dieta anterior no era adecuada para nuestra mascota. Es muy importante hacer hincapié a todos los miembros de la familia que durante el período en el que se está evaluando la tolerancia del perro a un nuevo pienso está terminantemente prohibido darle de comer cualquier tipo de cosa que no sea ese pienso.
Cuidar de los animales se ha convertido en una forma más de ocio para jóvenes, es muy común encontrar zonas para perros en los parques donde los dueños se reúnen para hablar y compartir experiencias, o multitud de actividades de deporte donde las mascotas son un acompañante más del grupo.
Los perros se han convertido en un miembro más de nuestra familia y su alimentación debe cuidarse en función de sus necesidades. Aunque no podemos olvidar que el manejo de un perro con alergia alimentaria es distinto al de una persona, ya que estos no tienen control propio sobre lo que comen y dependen de nuestra supervisión.