La primavera suele acarrear en nosotros muchos problemas de salud y el que más se puede dar es el de la alergia. Las plantas comienzan a florecer y aparece mucho más polen en el ambiente debido a todas las lluvias que se han sucedido a lo largo del año. Pero, a pesar de esto, uno de los problemas más comunes es el insomnio primaveral, aunque no suele tenerse tan en cuenta como la alergia y derivados.
Una de las razones por las que se dan estos problemas en nuestro cuerpo es porque hay un gran cambio en el clima. Pasamos de un clima húmedo y frío a uno más cálido y seco. El calor tan repentino hace que nos cueste más el poder quedarnos dormidos. Otros elementos como la alergia hacen a su vez que nos encontremos peor y que nuestras noches sean más cortas de lo que deberían ser normalmente.
Para poder evitar este insomnio, es recomendable tener una rutina de sueño muy definida. Dormir al menos 7 u 8 horas diarias y tener una hora fija de acostarnos y de levantarnos resulta esencial. De esta forma, podemos acostumbrar a nuestro cuerpo a que tenga unas horas específicas de descanso y nos resulte más fácil conciliar el sueño al final de nuestro día.
También es muy importante no comer de manera extremadamente abundante justo antes de irnos a dormir. Tener el estómago lleno hace que durmamos peor e incluso puede llegar a darnos pesadillas. Otra de las opciones recomendables es tener una iluminación más tenue antes de irnos a dormir, ya que esto nos ayuda a relajarnos y cuando llega el momento podemos dormirnos más rápido.
Por último, resulta muy recomendable no dormir siestas muy largas durante la tarde para, de esta forma, llegar más cansados a la hora de dormir por la noche.